La región de Quebec tiene una cultura gastronómica diferente que la del resto de Canadá. La influencia colonial francesa ha hecho que se cuide más la calidad de la comida y eso se nota en Montreal cuando visitamos la ciudad después de haber pasado por otras grandes ciudades canadienses. Pero, aparte de esa mejor calidad de la alta cocina, Montreal tiene una serie de especialidades propias que es casi obligado probar durante nuestra estancia.
Qué comer en Montreal
Hay tres especialidades gastronómicas de Montreal que deberías probar durante tu paso por la ciudad: la poutine, los bagels y los sandwiches de pastrami (también llamados viande fumée o smoked meat).
La poutine es un plato de origen quebequés, pero que se ha convertido en algo similar al plato nacional para todo el resto del país. Es un plato muy sencillo, que en muchas ocasiones se considera más una comida rápida que una especialidad gastronómica, pero que en Montreal se prepara con más pretensiones gastronómicas que en otras partes del país.
Consiste en una base de patatas fritas con pedazos de queso y salsa de carne a la que se le añaden posteriormente una serie de ingredientes al gusto del consumidor. Casi siempre se le suele añadir algún elemento de carne en forma de salchichas o ternera, pero hay opciones incluso totalmente vegetarianas con ingredientes como los champiñones, la cebolla o el maíz. Es un plato muy calórico y pesado, por lo que no está entre las cosas más sanas que se pueden comer en Canadá, pero es sabroso y muy típico de la ciudad.
Podremos encontrarnos poutine en bastantes restaurantes de la ciudad, aunque el más popular es La Banquise, en la zona del Plateau. Es un restaurante sencillo y bastante barato que se ha especializado en este plato y donde, además, las raciones que sirven son bastante grandes.
Los bagels -un tipo de rosquillas de pan que se suelen comer con algún tipo de relleno- son muy populares en toda Norteamérica, pero en Montreal tienen una variedad propia distinta de la más típica de Nueva York. Los bagels fueron introducidos en América del Norte por los emigrantes judíos polacos, por lo que no es extraño que las mejores panaderías que los producen en Montreal estén en el antiguo barrio judío de la ciudad.
Hay decenas de marcas de bagels que se pueden comprar en cualquier supermercado canadiense, pero estar en Montreal y no probar los de las principales panaderías locales es una auténtica pena. Los bagels de Montreal son especiales por las características del agua con el que se elaboran, por estar preparados en un horno de leña y por un tamaño más reducido que el bagel de Nueva York. Hay también diferentes variedades de bagels dependiendo de la harina utilizada o si se les ponen semillas encima.
La forma habitual de comer los bagels es como si se tratara de un sandwich: se abren por la mitad y se coloca en el medio cualquier tipo de alimento. No obstante, también es muy habitual que se utilice quesos para untar o, incluso, mermeladas si se toma como desayuno.
En Montreal hay dos panaderías famosas por sus bagels, ambas situadas en la zona del Mile End, ubicada dentro del distrito de Plateau Mont Royal: Fairmount Bagel y St Viateur Bagel. En ambos casos, podemos acercarnos a ellas y comprar los bagels recién hechos en el propio horno, además de ver en la propia panadería cómo es el proceso de elaboración. Si no podemos acercarnos a la tienda, St Viateur vende también sus productos en bastantes supermercados de Montreal. No es como comerlos recién salidos del horno, pero también tienen un excelente sabor.
La tercera especialidad de la ciudad es el pastrami -también conocido como smoked meat en inglés o viande fumée en francés-. Es otro producto que llegó a la ciudad de la mano de emigrantes judíos europeos y es básicamente carne ahumada y sazonada. La especialidad principal es servir este alimento en forma de sandwich, cortado en lonchas finas de color rojizo y servido en pan rústico y condimentado con mostaza.
Hay un lugar especialmente popular para probar estos sandwiches de pastrami en el Boulevard Saint Laurent: el pequeño restaurante Schwartz’s, también conocido como Charcuterie Hebraique. Es un pequeño local muy concurrido en el que en la época de verano no es raro que tengamos que esperar en fila delante de la puerta el turno para poder entrar.
Otra especialidad- ya no sólo de Montreal, sino de Quebec en general- es la llamada tourtiere. Se trata de un tipo de pastel de carne, de aspecto y consistencia similar a una quiche, que es una comida típica de las fiestas navideñas, pero que se puede encontrar en supermercados y restaurantes durante todo el año.
En Quebec tampoco podemos olvidarnos del sirope de arce, uno de los grandes símbolos de Canadá -y no sólo limitado a la gastronomía-. La región es la principal productora de este dulce que, aparte de su uso más habitual como complemento a las tortitas del desayuno, ha adquirido también valor como añadido a otros platos salados. Es popular, por ejemplo, el jamón cocido recubierto de arce.
Es más, la obtención del sirope de arce es toda una atracción turística de la zona y durante los meses finales del invierno -febrero y marzo- se organizan excursiones a las cabañas rurales en las que se recoge y procesa este dulce.
Dónde comer en Montreal
Montreal tiene varias zonas en las que podremos encontrar restaurantes de interés. Anteriormente hemos hablado de algunos restaurantes en la zona del Plateau Mont Royal, pero podemos disfrutar también de la gastronomía local e internacional en zonas como el Vieux Montreal o la Rue Sainte Catherine (tanto en su lado Oeste como en el barrio gay de la zona Este).
La zona del Vieux Montreal es muy turística y en sus calles adoquinadas encontraremos bastantes restaurantes de nivel medio y alto. La mayor parte de ellos ofrece platos variados y bastante bien elaborados. Muchos de ellos son bastante turísticos, pero tampoco quiere decir que la comida sea de mala calidad o los precios demasiado altos.
En el Plateau Mont Royal también nos encontramos con bastantes cafés y pequeños restaurantes más informales. Aparte de establecimientos clásicos como La Banquise o Schwartz que hemos citado anteriormente, zonas como la Avenue Mont Royal, la Rue Saint Denis o el Boulevard Saint Laurent cuentan con numerosos restaurantes donde disfrutar de una comida tranquila. En este último caso, si elegimos esta zona estaremos también cerca de una zona con una animada vida nocturna si queremos seguir la fiesta.
La Rue Sainte Catherine tiene dos zonas especialmente animadas para cenar. En su lado Oeste, una vez pasado el cruce con la Rue Guy cuenta con tres o cuatro manzanas con numerosos restaurantes de cocina internacional, con especial presencia de la comida asiática. Por su parte, el lado Este, en la zona del barrio gay de The Village, es una zona más de pubs y bares, aunque cuenta también con algunos restaurantes muy agradables.